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23 »Cuando los estaban fabricando, ni se dieron cuenta; y aunque están recubiertos de oro, alguien tiene que pulirlos para que puedan brillar. 24 Esos ídolos no tienen vida, pero salen muy caros. 25 Si se caen, hay que levantarlos, y como no pueden caminar, hay que cargarlos. Para vergüenza de quienes los adoran, queda demostrado que no sirven para nada.

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